El equipo, y la primera visita a la Estancia Santa Teresa, en donde se filmó la película. En la localidad de Roque Perez, cerca del partido de Lobos, varios kilometros hacia el interior del campo, se encuentra la casa que, luego de una larga busqueda de escenarios, fue elegida para esta realización. Dias y noches de limpieza, refacción, y trabajo, hicieron de la casa, abandonada por dos años, un lugar apto para los encuadres y dilaogos del cortometraje.
Entre sillones del siglo XIX, lámparas antiquísimas, y certificados de defunción de 1899, la casa nos presentaba un ambiente calido y misterioso. Noches a vela, lejos de la luz urbana, sumergidos en el ruidoso silencio de los animales del campo. Algún caballo, un grillo, y una tibia brisa en la entrada del caserón.
Luego de darle nueva vida a la casa, fue necesario reestablecer los sistemas de agua, luz y gas. Treinta personas inundarían el predio en algunos meses: todo el equipo técnico que iba a hacer posible la puesta en escena de esa soledad que nosotros ya habíamos vivido por anticipado, como respaldados por Ursula, al abrir por primera vez las hinchadas puertas de madera de Santa Teresa.
domingo, 1 de julio de 2007
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